Las células madre o “stem cells” son células que tienen el potencial de desarrollarse como cualquier parte del cuerpo humano. No entiendo nada de como se pudiera crear a partir de una célula madre, piel, hígado, corazón, pulmones o cualquier órgano humano, pero el pensar en la posibilidad, de que algún día, el ser humano podrá reparar o reemplazar cualquier parte de nuestro organismo, me deja admirando la creatividad de la naturaleza y me asombra como el ser humano va descubriendo poco a poco sus secretos.

Las ideas son como células madre, que son creadas por la mente de un ser humano y que pueden desarrollarse en cualquier cosa. Una idea tonta o muy sencilla conectada con otras y con otras, quizá unas menos tontas y sencillas, pudieran dar paso a un descubrimiento revolucionario.

La naturaleza descubrió el proceso de creación de órganos humanos a través de un número indefinido de iteraciones, de experimentos que fueron pasando por organismos que nos precedieron. Seguro muchos de sus experimentos “fallaron” pero a fuerza de intentar, de crear más ideas, algunas de ellas se combinaron de la manera correcta y dieron como resultado el cuerpo humano.

Si consideramos las ideas que generamos como componentes de una idea grande del futuro, no desperdiciaríamos ninguna de ellas. Por ello es conveniente anotarlas, combinarlas con otras, desarrollarlas o dejarlas reposar por un tiempo. Puede que en un momento de inspiración apreciemos un grupo de ellas en particular, que combinadas de una manera específica, nos ayuden a resolver problemas que parecían insolubles.

Una idea simple, sencilla, es al mismo tiempo algo insignificante pues así, aislada, pequeña, desconectada, no es gran cosa, pero combina esa idea pequeña con muchas otras y puede convertirse en un componente importante, quizá indispensable de una gran idea, una de esas que cambian al mundo.