Ser considerado un fanático no me gusta pues según entiendo implica seguir a ciegas y obsesivamente a una persona, una idea, una filosofía, un equipo de fútbol ...

Creo que tener un comportamiento que no permite cuestionamientos por nadie ni por nada y cuya única motivación es el objeto que genera la obsesión, indica que la mente han sido secuestrada. Supongo que los diálogos internos que guían desde el centro de uno mismo, son reemplazados por los mensajes de la propaganda que viene de fuera. La persona fanática se convierte en un robot que sigue instrucciones dictadas por cualquiera que sea su obsesión. Es como una adicción pero no creada por una substancia o compuesto químico si no por una idea, un objeto, una entidad o una filosofía.

Por otra parte los clubes de fans son más saludables. La diferencia entre un fanático y un fan es pequeña en cuanto al numero de letras pero grande en la forma como operan. Un fan es alguien que admira algo o a alguien pero que reconoce que lo que siente es solo es un pensamiento grande de simpatía, un reconocimiento a las virtudes y defectos, una forma de ser parte de un equipo, una manera de distinguirse frente a otros grupos pero sin pensar que los demás son menos o están completamente equivocados.

Si me considero fan de personas, objetos, ideas, empresas y eso me lleva a querer conocerlas mejor y también en el caso de objetos, tecnologías, ideas, sistemas, a hacer algo por mejorarlos. Por ejemplo, soy fan de los libros y los considero objetos muy valiosos, entre otras características, pero entiendo existen otras muchas formas de obtener información o de pasarse un rato entretenido. También intento pensar en un mundo sin libros físicos, sin ese modo de capturar entre una portada y contra-portada, una historia, una biografía, una teoría. Imagino que con la tecnología digital pudiera llegar el día que la última página del último libro sea impresa. Ser testigo de ello me daría mucha tristeza pero no sería el fin del mundo porque sé que para ese entonces habrá otras muchas formas de obtener información, de pasar un rato entretenido, de contar historias. Claro una nueva forma de los libros está ya presente pero seguirá evolucionando hasta que encontremos la óptima, aquella que nos permita compartir lo que por siglos nos han dado los libros de papel, disminuyendo a su vez la fricción, el tiempo y el costo. Quizá entonces me vuelva fan de esa nueva forma.