En cualquier juego que tenga que ver con una pelota importa mucho en donde se encuentra esta a cada momento. En función de ello el equipo contrario, tu equipo y tú toman alguna acción o reaccionan.

¿Dónde está la pelota?
¿Está junto a ti?
¿Viene hacia ti?
¿Quien la trae?
¿Hacia dónde va?
¿Dónde va a estar?

La última pregunta es más difícil de responder que las primeras cinco y por ello puede que su respuesta sea mucho más valiosa que las otras para ganar el juego.

En el caso del juego de la vida está pregunta es clave para decidir lo que tenemos que hacer en el presente para que en el futuro nos acerquemos lo más posible a realizar nuestros sueños.

Quizá hoy tengamos control de la pelota o tal vez esté en disputa en medio del campo o más bien el contrario la lleva con él, pero, que tal si supiéramos dónde va a estar en el próximo futuro, hacia dónde irá para que podamos estar ahí esperándola.

Anticipar el punto en donde va a estar la pelota nos permite prepararnos para estar ahí listos a realizar la gran jugada.

Pero si no puedo saber que pasará en el futuro, ¿como puedo anticipar dónde va a estar la pelota?

En el caso de un juego con pelota ayuda la experiencia, la visión de campo, el conocimiento del contrario, el conocimiento de nuestros compañeros de juego, la situación particular del partido, el estado mental y muchos detalles más que sólo los grandes jugadores han absorbido después de practicar durante años su deporte.

En el caso del juego de la vida, saber en donde va a estar la pelota en el área que nos interesa saberlo, requiere que estemos continuamente aprendiendo, que estemos meditando en el futuro lo suficiente para alimentar nuestra visión pero no tanto como para perdernos el momento presente. Requiere análisis estadístico, ciencia, sentido común y escuchar a los expertos y principiantes con la misma atención. Requiere mirar hacia el futuro, viviendo el presente y entendiendo el pasado para ser capaces de dejarlo ir antes de que no nos deje brincar cuando sea el momento necesario.