Creo que en algún momento en la vida algo nos puede interesar lo suficiente como para querer saber mucho más de ello. Esta puede ser una de las razones por las que hacemos algunas búsquedas en Internet, compramos un libro, nos inscribimos a alguna clase o de plano nos metemos a estudiar una carrera.

Otro camino es escribir un libro. Muchas veces se cree que para escribir un libro hay que dominar el tema sobre el que queremos escribirlo sin embargo esto no es siempre necesario. Uno puede planear escribir un libro, por ejemplo de mecánica cuántica que es un tema del que uno no entiende nada y por ello es una gran incógnita.

Esta incógnita se convierte en la gran X que queremos despejar al ir escribiendo el libro que puede comenzar con las primeras preguntas que se nos ocurran y que nos servirán para tocar la puerta a las primeras primeras personas que pudieran guiarnos, para realizar nuestras primeras búsquedas en Internet y para ir creando una primera tabla de contenido.

Claro que lo primero que escribamos será sólo para darnos cuenta de la inmensidad de nuestra ignorancia en ese tema y no tendrá más valor que eso pero conforme vamos agregando preguntas a nuestra lista, vamos respondiendo algunas de ellas, vamos coleccionando listas de personas, ideas, fuentes de información y continuamos escribiendo lo que vamos entendiendo, poco a poco el primer capítulo del libro irá tomando forma. Sin embargo el libro tomará tiempo en escribirse y de seguro nos llevará por caminos que no teníamos idea que íbamos a recorrer cuando comenzamos a hacernos las primeras preguntas.

Dependiendo del tema sobre lo que estemos escribiendo podrá ser necesario realizar investigaciones de campo, prácticas, análisis de laboratorio, viajes para entrevistar a personas, etcétera.

Escribir un libro sobre un tema que ignoramos no deber ser impedimento para intentar hacerlo si estamos dispuestos a meternos de lleno a construir cada párrafo creando y respondiendo preguntas cada vez más profundas e interesantes.